viernes, mayo 28, 2004

Par de ojos y Oso de felpa.

Las fanfarrias no se hacen esperar y desde la parte más pequeña del telón se asoman un par de ojos. Que no son cualquier Par de ojos. Sostienen un oso de felpa cual si sostuvieran el alma entre sus dedos, y el mísero oso intenta esconder sin triunfo un botón casi desprendido que simula ser su ojo derecho. Las costuras de su vientre son toscas y repasadas constantemente, debido a los múltiples intentos de que el relleno no caiga al piso y continúe engordando el deforme vientre que sigue en las manos de Par de ojos.

Lentamente la niña sale y se coloca tímidamente bajo las luces mientras cuenta su estúpida historia mientras los interlocutores bostezan.

- Buenas tardes estimado público - va recitando la niña como pregonera de mercado - vine aquí a mostrarles el más espectacular acto que esta pequeña niña puede presentarles.

El espectador bosteza, preocupado más por la hora mientras no siente nada e intenta infructuósamente cambiar de canal, acostumbrado a como está a sentarse en calzoncillos frente al televisor bebiendo cerveza mientras mira lujuriosamente a la chacha que prepara la cocina rápidamente en espera de irse a atender a su marido, ya que no quiere ganarse la paliza de esta noche... pero nos hemos desviado.

- Déjenme decirles, Señoras y Señores, que lo que yo vengo a mostrarles no lo encuentra en cualquier lado. Mi acto es el más raro en esta parte del mundo y aunque hace muchos años tal vez lo que yo traigo no tenía ninguna importancia, el día de hoy es difícil de encontrar incluso en el lugar mas lejano.

Par de ojos tiene la estatura de cualquier niña de 5 años que ha aprendido demasiado temprano que el hombre no es humano. Tiene marcado el rostro con demasiado maquillaje que mas que ayudar en su apariencia no hacen sino acercarla mas a la boba imagen de la muñeca fea. Un vestido de quinta mano que ha pasado desde la hija del dueño del circo, a las hijas de los payasos que ahora son propiamente las malabaristas y la tragafuegos del lugar es ahora su único atuendo. Un par de zapatos negros demasiado remendados y con las suelas mordiendo el polvo son su única pertenencia antes de llegar.

- Si me prestan un poco de atención podrán ser los primero en ver algo que ya casi dejaba de existir.

Es en ese momento en que Par de ojos comienza a desabrocharse los botones de su vestido, dejándo su plano pecho al desnudo. Mete su manita, llena de mugre y polvo de cientos de pueblos dentro del pecho y con una mueca de dolor se saca del pecho el corazón para enseñárselo al Espectador.

Espectador sigue bostezando mientras la sangre del corazón va derramándose en pequeñas gotas sobre la sucia carpa que sirve de centro de pista.

Acto seguido Par de ojos se desmaya y el pequeño Oso de felpa saca de su vientre una aguja oxidada y devolviendo el corazón a la pequeña jala otro hilo de su desmadejada costura y remienda nuevamente el pequeño pecho con todo el amor del que un Oso de felpa puede ser capaz.